CREO QUE TODOS LOS PADRES QUE TRABAJAN TIENEN AL MENOS UNA HISTORIA DE UNA ÉPOCA EN LA QUE LUCHARON PARA EQUILIBRAR EL TRABAJO Y LA FAMILIA, Y SE QUEDARON CORTOS. PARA MÍ, FUE UNA MAÑANA EN ARKANSAS. YO ERA UN JOVEN ABOGADO, PARA REPRESENTAR A UN CLIENTE EN LA CORTE. CHELSEA, DE DOS AÑOS, TENÍA FIEBRE. BILL ESTABA FUERA DE LA CIUDAD. Y NUESTRA NIÑERA LLAMÓ PARA DECIR QUE TAMBIÉN ESTABA ENFERMA. NO TENÍAMOS FAMILIA CERCA, NI OTRAS NIÑERAS. ESTABA FRENÉTICA PORQUE ESTABA REPRESENTANDO A UN CLIENTE Y TENÍA QUE ESTAR EN LA CORTE ESE DÍA. FINALMENTE, LLAMÉ A UN AMIGO DE CONFIANZA QUE VINO A RESCATARME. PASÉ TODO EL DÍA EN EL TRABAJO CON EL ESTÓMAGO NUBLADO, SINTIÉNDOME TERRIBLE POR HABER DEJADO A MI HIJO ENFERMO. LLAMABA A CASA EN CADA DESCANSO, Y VOLVÍA CORRIENDO A LA SEGUNDA CANCHA. FUE SÓLO CUANDO ENTRÉ EN LA CASA Y VI A MI AMIGO LEYÉNDOLE A CHELSEA